Es una buena ocasión para conversar sobre lo que les gustaría hacer en la iglesia. Igual que Jesús aprendió en el Templo de los maestros (y los maestros también aprendieron de él) los niños podemos aportar cosas a la vida de la iglesia. Conversad sobre los diferentes departamentos que hay en la iglesia y si les gustaría (o tal vez ya lo hacen) participar.
Invitad a la clase a diferentes responsables de departamentos para que conozcan el trabajo que realizan. Tal vez pueden ofrecerles ejercer de ayudantes por un día o más, que sería genial.
Podéis también hacer una ronda de actividades que les gustaría realizar en la iglesia y que todavía no se hagan. Si aparece una propuesta interesante podéis elevarla a algún departamento o incluso al Consejo de iglesia.
Es un buen momento para inculcarles que no importa qué edad tengas, que siempre es un buen momento para "ocuparnos en los asuntos del Padre".
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