Cuando estudiamos la historia de la torre de Babel
podemos plantear la diversidad y la dispersión no como un castigo de Dios sino como una oportunidad de desarrollarse. Si no fuera por la diversidad de lenguas y la dispersión de los humanos no habría distintas civilizaciones, cada una con su arquitectura, arte, literatura, gastronomía, estilos de gobierno...
A partir de ahí, llevar el asunto de la diversidad a cada niño. Cada uno es
diferente en aspectos físicos, psicológicos, emocionales... Eso es bueno porque
aprendemos los unos de los otros. Nadie es mejor o peor que otro por ser más o
menos diferente. Todos merecemos respeto.
Podemos hacer cartelitos que pondrá "Feliz Sábado" (u otro mensaje) en varios idiomas. Cada
niño hará su cartel y lo adornará como quiera. Luego los colocaremos en la
clase para seguir poniéndola bonita. (Idea de Marta Martínez)
También podemos hacer tarjetitas con distintos mensajes en varios idiomas
y que luego los niños las regalen a adultos de la iglesia. Sería una forma de hacer visible el trabajo que hacéis en las clases, que
muchos adultos no saben lo que pasa con los niños ni el trabajo que lleva.
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